viernes, 28 de septiembre de 2012

TRIATLON OLIMPICO DE OLIVA - PRIMER TEST.

Estoy llegando a Madrid en coche, de vuelta de Oliva de correr el triatlón, el cielo esta encapotado, al contrario que en la playa donde el tiempo era soleado. Bajo las ventanillas porque ya no soporto el ambiente cerrado del climatizador del coche, y para que entre el olor a lluvia que hay en el ambiente. ¿Por qué nos gustara tanto ese olor?, y más cuando llega después de días tan calurosos como esta última semana. Me relajo un poco mentalmente y empiezo a pensar que llevo casi 5 horas de viaje hasta llegar a casa para hacer una carrera que apenas ha durado 2 horas y media. Me asalta el pensamiento de si es lógico y merece la pena pero rápidamente queda claro: es triatlón, somos triatletas esa es la explicación. Las personas que nunca han experimentado las sensaciones de esto les costara entender este pensamiento o las sesiones maratonianas de entrenamientos todas las semanas pero es que no hay explicación es así, sin más, las sensaciones que obtienes están por encima de cualquier lógica que queramos aplicar. Quizás sea como la sensación de bienestar que se tiene al oler la lluvia o al contemplarla desde casa, no se puede explicar pero relaja y hace sentir bien.


¡Camino de vuelta para hacer un olímpico!

Después de esta introducción tan otoñal voy a contar como fue la competición en sí. El triatlón de Oliva ya suponía un test más importante que el anterior que corrí en Cuenca, con apenas dos semanas de entrenamiento a las espaldas. Aun así no llegaba con la preparación idónea ya que había acumulado tres semanas consecutivas de entrenamientos muy fuertes y no tenia planificado el hacer una semana de precompetición “ideal” para Oliva. 

En boxes preparando el material antes de darse la salida.

Llega el día de la carrera y estamos los casi 600 triatletas en la playa para la salida de la natación, esta se retrasa al final casi 30 minutos algo que no me suele gustar porque me pone impaciente. Se da la salida y vamos en tromba los primeros 300, el resto sale en otras dos salidas cada 5 minutos. Somos muchos pero más o menos consigo colarme de manera que no me siento atrapado entre la gente, también porque me tomo con calma los primeros 100 metros saltando olas y la gente ya se va escapando. Han salido todos muy fuerte y nada más que veo a gente pasarme por los dos lados. Cuando llevamos unos 500 metros de los 1500 empiezo a notar que voy pasando gente que seguro salió demasiado fuerte pero aun así siento que hay muchos por delante mía y eso que estoy nadando bien y cómodo. Al final se cumple mi intuición y hago el parcial 134 en la natación con 26' (saliendo seguramente entorno al puesto 80-90 de la primera salida de 300 atletas), muy mal parcial pero yo he ido a mi nivel (según el Garmin 910XT a un ritmo de 1’38”/100m. para 1660 metros en total) y es que había mucha gente con mejor nivel que yo esta vez.


Organizados para el pistoletazo de salida.

Recorro la larguísima transición hasta la bici solamente pensando en montarme y hacer un buen parcial que me permita llegar a la carrera a pie mejor situado. Los primeros 5 kilómetros no paro de pasar literalmente hileras de atletas y como en Cuenca la sensación es que los rebaso con una velocidad relativa muy alta como si fueran parados. Pero lo peor estaba por llegar, se trata de un triatlón en modalidad sin drafting en el sector ciclista, en la que no se puede ir a rebufo del otro, pues a medida que avanzaba en el recorrido fui cogiendo un grupo que en primera instancia me deshice de el forzando más de lo que debía pero al poco de volver al ritmo normal se acercaban y me veía absorbido. Fruto de la desesperación y el cabreo prefiero evitar situaciones desagradables con los jueces de carrera y me desacoplo de la bici y les dejo que cojan distancia con vista a pasarles cuando terminemos de afrontar los dos puertos que tiene el circuito sabedor que allí gastaran mas fuerzas y luego no podrán seguir el ritmo si decido apretar. Dicho y hecho terminan los puerto y hacia el kilometro 40, cuando restan 7 para llegar, en el llano decido poner tierra de por medio y lo consigo, apenas son unos 500 metros pero es suficiente para ir cómodo y no encontrarme con situaciones desagradables involuntariamente. Al final he conseguido remontar muchísimas posiciones gracias a marcar el 8º mejor parcial absoluto en el sector ciclista con una velocidad media de 36.6 km/h, incluyendo las dos subidas una de ellas con rampas del 13%. Ya estoy acoplado completamente a la Boardman TT y eso se nota en el rendimiento.

Bajando de la bici en la llegada a la T2.

Llego a la transición 2 bastante cabreado aun por lo vivido en la bici y mi idea es bajar a tope y poner más tierra de por medio con los que vienen detrás e intentar coger más gente por delante que se escaparon en la bici cuando decidí bajar los brazos antes de encarar los puertos. Empiezo fuerte el segmento de carrera a pie, son 10 kilómetros en 2 vueltas idénticas de 5 kilómetros En los primeros 3-4 kilómetros consigo alcanzar a dos corredores y rebasarlos y nadie me ha dado alcance a mi, lo que me hace ganar más confianza y forzar más de cara a la segunda vuelta, donde aprovecho para tomar un gel con cafeína de High5 que me de el último empujón. Cuando apenas quedan 2 kilómetros diviso a unos metros por delante un par de corredores cuyos monos de competición me resultan familiares y tienen pinta de ir en su última vuelta así que aprieto dientes para pasarles y una vez pasados pongo un ritmo más rápido para evitar que en los últimos metros me puedan pasar a mi. Así entro en meta con un gran parcial de carrera en 38'19” (y no era un circuito corto que salen 9.91 km.) y un tiempo total de 2h25' que me dan la 18ª posición absoluta en la clasificación. Para mi un resultado muy bueno dado el nivel que tiene esta prueba y el número elevado de participantes que somos. 

Intentando progresar algo más en la carrera a pie.

Al terminar la prueba pude hablar con un par de oficiales que estaban repasando las clasificaciones y que afortunadamente me confirmaron que habían muchos descalificados por no respetar el NO drafting en la bici, llegándome a enseñar una hoja de cuaderno repleta de números de dorsales que habían sido apercibidos con tarjeta.

Clasificación final.

Desde el sábado por la tarde coincidí con el figura de mi amigo Miguel y su novia Helena, toda una casualidad el dar con ellos allí. El sábado compartí tarde de playa con ellos y cena y el domingo fueron a ver la carrera y a dejarse la garganta dándome unos ánimos que me vinieron de perlas para correr como lo hice. Desde estas líneas solo puedo decir que muchísimas gracias pareja, me sentí afortunado al sentir vuestra presencia cerca cuando parecía que estaba solo el fin de semana.

Ahora queda seguir trabajando sabiendo que de momento la cosa marcha bien y que creo que estoy encarando bien las semanas de entrenamiento para el objetivo del Ironman de Cozumel. Y dar las gracias a Wiggle por el apoyo y facilidades que me están dando que ha hecho que gane en motivación y que me sienta como un profesional.