viernes, 22 de junio de 2012

HISTORIAS DE VAMPIROS

Hace algunas semanas con motivo de una revisión médica, me tuve que realizar una analítica. Hacia medio año aproximadamente de la última que me hice y la diferencia entre ambas es que la anterior me la hice en pleno descanso de fin de temporada y esta ultima justo en el momento más fuerte de volumen de entrenos, coincidiendo que dos semanas antes había hecho un Ironman. En los resultados de la primera el valor de hematocrito era del 41% mientras que en esta última prueba había bajado hasta el 39%, para poner las cosas en perspectiva se consideran valores normales entre el 40% y el 50%. Cuando vi los últimos valores empezó mi preocupación, ¿me visitaban los vampiros al dormir? o ¿estaría pasando por una anemia?, está claro que me encontraba cansado o débil pero no más que otras veces que estaba en plena fase de acumulación de fatiga con entrenamientos fuertes y largos.


Total que como culo inquieto que soy no me quede en absoluto tranquilo y tampoco tuve la posibilidad de salir de dudas visitando al médico porque me percate de esta circunstancia a toro pasado. Solo quedaba el recabar información por mi cuenta para intentar obtener una explicación y en caso contrario pues acudir al médico.

Con riesgo de convertir este articulo en un rollo macabeo voy a intentar explicar con detalle, pero de manera muy básica y andar por casa, por qué son importantes estos valores en gente que realiza deportes de resistencia de manera continuada. Lo primero de todo es ponernos en situación y aunque la mayoría de la gente sabe o tiene una ligera idea de las células sanguíneas y sus funciones vamos a dar unos pequeños apuntes:

Sangre: La sangre es un tejido fluido que circula por capilares, venas y arterias. Tiene una fase sólida (elementos formes, que incluye a los leucocitos (o glóbulos blancos), los eritrocitos (o glóbulos rojos) y las plaquetas y una fase líquida, representada por el plasma sanguíneo.

Eritrocitos: también llamados glóbulos rojos o hematíes, son los elementos formes cuantitativamente más numerosos de la sangre. La hemoglobina es uno de sus principales componentes, y su objetivo es transportar el oxígeno hacia los diferentes tejidos del cuerpo.


Hematocrito: Es un examen de sangre que mide el porcentaje del volumen de toda la sangre que está compuesta de glóbulos rojos. Esta medición depende del número de glóbulos rojos y de su tamaño.

Hemoglobina: La hemoglobina, un pigmento de color rojo presente en los glóbulos rojos de la sangre, es una proteína de transporte de oxígeno

VCM: El volumen corpuscular medio mide el volumen promedio de todos los glóbulos rojos. Un volumen corpuscular medio bajo significa que las células son más pequeñas que lo normal. Esto normalmente es causado por deficiencia de hierro o enfermedades crónicas


Vamos a ordenar todos estos conceptos relacionándolos con los deportes de resistencia. Como muchos hemos ido aprendiendo, gracias a las desagradables noticias que han salido estas últimas décadas sobre dopaje en ciclismo y atletismo de fondo, los glóbulos rojos son el santo grial de estos deportes. Estos se encargan de transportar el oxigeno que es uno de los elementos necesarios para producir la energía que necesitan los músculos para funcionar. Cuanto más oxigeno seamos capaces de transportar mas transformaciones energéticas obtendremos y por ende mejor rendimiento obtendremos. Vamos a detallarlo un poco mas con un ejemplo corriente y moliente: cuando practicamos carrera a pie a medida que incrementamos la velocidad (se necesita más energía para realizar más contracciones musculares por unidad de tiempo) notamos como se incrementa el pulso cardiaco. Es decir el corazón bombea a mayor frecuencia sangre con oxigeno a los músculos para que estos obtengan la energía, tiene sentido ¿no?:

 + energía = + oxigeno para producirla = + movimiento de sangre = + frec. cardiaca

Ahora bien llega un momento en el que requerimiento energético es tal que se necesita más cantidad de oxigeno del que llega y se entra en deuda de oxigeno, empezando así a acumularse en la sangre el acido láctico y dando paso al denominado umbral anaeróbico o fase de anaerobia. En ese instante empieza a acumularse fatiga en los músculos que están siendo sometidos a un trabajo demasiado intenso para la energía que son capaces de obtener. Entonces ¿Cuál sería una buena solución para obtener un rendimiento mejor?, pues en este caso al relacionarlo con el oxigeno cabrían dos opciones:

1) subir la frecuencia cardiaca de la entrada a la fase anaeróbica de manera que cuanta más frecuencia mas oxigeno seriamos capaces de transportar pero esto solo seria hasta cierto nivel de entrenamiento.

2) Si ya disponemos de una buena base de entrenamiento en el que se llega a la fase anaeróbica a un rango de pulsaciones altas el otro mecanismo es que para la misma cantidad de sangre (de manera burda digamos que en una sola pulsación) seamos capaces de transportar mas oxigeno y eso se conseguiría teniendo mayor porcentaje de glóbulos rojos por unidad de sangre (hematocrito más alto).

Una vez he conseguido aburrir a la audiencia voy a volver al principio relacionando todos estos conceptos con mi analítica particular, ¿tengo que preocuparme por los valores de hematocrito de la última prueba?. Partiendo de la base de que los resultados analíticos vienen determinados por una alta componente genética, es decir con el porcentaje de hematocrito y valores de otros parámetros más o menos siempre nos vamos a mover en unos rangos parecidos. Alguien que siempre se ha movido entre el 40-43% un resultado de 36% por abajo o de 49% por arriba podría interpretarse como anómalo. En mi caso pase del 41% en fase de descanso a 39% en momento de máxima acumulación de entrenamiento, sin embargo el valor de hemoglobina era normal y el de VCM tirando a alto, lo que indica que aunque no haya muchos eritrocitos en porcentaje estos son grandes.

Otro apunte que se puede tener en cuenta es que diversos estudios han constatado que en los corredores de fondo, y sobre todo maratonianos, es mucho mayor la destrucción de glóbulos rojos debido a la comprensión de los capilares de la planta del pie y también al incremento de la velocidad en la circulación sanguínea que provoca que los eritrocitos choquen, presentándose una destrucción acelerada. Además, esto último, hace que los hematíes pasen más veces por los lugares de su destrucción, por ejemplo por el bazo. En estas circunstancias se aumenta la probabilidad de destrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario